Acababa de comprar unas fresas en el Mercato delle erbe, en Bolonia, y tenía ganas de utilizarlas para crear un postre muy especial. Así que... el ver las fresas encima de la mesa y el calor de mayo me dieron la inspiración para un "desayuno romántico".
Ingredientes (para 5 personas):
- 500 ml de nata fresca
- 80 gr de azúcar
- 1 ramita de vainilla
- 3 hojas de gelatina
- fresas frescas
- sirope de chocolate
Preparación:
Ponemos la nata en una sartén un poco alta junto con el azúcar, mezclando hasta que se deshaga el azúcar. A esa mezcla se le añade el polvo de vainilla que sacaremos raspando con un cuchillo. Nunca debemos dejar hervir la nata, apagaremos el fuego si vemos que está demasiado caliente .
Cuando apaguemos el fuego echamos las hojas de gelatina en la nata caliente para que se deshagan. Con un cazo (según los extremeños) o un cucharón (según los granadinos...) o un mestolo (según los italianos), que no hay quien se ponga de acuerdo con cómo se llama, echamos la nata caliente en moldes redondos y si puede ser ondulados. Ponemos los moldes en la nevera para que se enfríen y se compacten . Lo más conveniente es hacer el postre el día antes de comerlo, pero si no se tiene tiempo, como mínimo hay que dejarlo en la nevera 6 horas.
Servimos en un plato el contenido de cada uno de los 5 moldes, rodeamos con fresas cortadas y echamos por encima un poco de sirope de chocolate . Mmmm!!
¡Bon Appetit!
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