Ingredientes:
- 4 sepias pequeñas-medianas (1 por persona) o chocos, pota, etc.
- 6 patatas medianas
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- perejil
- 2 zanahorias
- vino blanco
- sal
- aceite
En primer lugar, cortamos la cebolla en juliana y la ponemos a pochar en una cazuela con un poco de aceite. Añadiremos vino blanco y dejaremos cocer hasta que el alcohol se haya evaporado. A continuación añadimos el ajo cortado en daditos muy pequeños y las dos zanahorias, también en daditos y rehogamos hasta que vayan dorándose. Mientras tanto cortamos en trozos las sepias y las patatas y las añadimos a la cazuela con un poco de sal. Para que las patatas cojan mejor el jugo del guiso, en lugar de cortarlas por completo con un cuchillo cortamos un poco y arrancamos el resto para que no quede un corte limpio.
Rehogamos todo sin parar de remover tanto tiempo como sea posible sin que se queme. El truco está en que cuanto más tiempo tardemos en echar el agua más se impregnarán todos los sabores!
Finalmente, echamos 2 vasos de agua (o al gusto, si os gusta muy caldoso) y dejamos cocer durante 15 minutos más o menos, hasta que la patata esté bien cocida. Si hace falta más agua, se puede añadir poco a poco. Antes de servir, espolvoreamos con un poco de perejil picado y removemos. Listo para comer!!
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